Tres ideas filosóficas: técnica, tecnología e ingeniería. Una exposición epistemológica

Por Alejandro Miroli

alejandro.miroli@usal.edu.ar

La filosofía de la tecnología es un ámbito que ha tenido un enorme desarrollo en los últimos decenios, dada la enorme importancia que los artefactos tienen no sólo en la vida cotidiana sino incluso en la configuración de la trama histórica social del presente que algunos autores llamaron Tecnósfera[1]. En este trabajo intentaremos abordar un pequeño aspecto de ese campo que es la delimitación de los conceptos de técnica, tecnología e ingeniería desde un punto de vista de la teoría del conocimiento aplicada.

Estas tres palabras que tienen significados muy diferentes y entremezclados, que en particular están influidos por su empleo mundano tanto en contextos comunes, como en su empleo en medios periodísticos o por columnistas de la radio y la televisión, lo que incluso llega al extremo de identificar la palabra tecnología con un único tipo de estas, las tecnologías de empleo de algoritmos e información digitalizada para administrar artefactos, y redes de intercambio de señales eléctricas.

Además, los empleos mundanos de dichos términos muchas veces son ambiguos en el sentido que comparten algunos rasgos del significado en común y se aplican indistintamente lo que sugiere la necesidad de una delimitación conceptual que haga de cada término un término unívoco con una extensión propia.

Podemos partir provisionalmente de una distinción entre lo que podemos llamar los problemas epistemológicos de la representación de la realidad y los problemas epistemológicos de la intervención en la realidad, o más provisionalmente aún, la distinción entre dejar la realidad tal cual es y cambiar algún aspecto de la realidad, considerar que un análisis epistemológico de esas nociones está del lado de las segundas opciones.

El siguiente cuadro expone en línea generales el esquema del trabajo:

TÉCNICA Conocimiento hábil – operatorio

Aprendizaje ostensivo/fisiológico

Causalidad operatoria

Reglas técnicas

TECNOLOGÍA Conocimiento proposicional/institucional

Aprendizaje pedagógico

Causalidad operatoria

Normas técnicas

INGENIERÍA Conocimiento proposicional-modelístico

Causalidad mereológica – sistémica

 

  1. Técnica

El origen del modo de conocimiento técnico involucrado en la producción de herramientas y artefactos se puede  situar al menos 3.300.000 de años a.e.c., en el yacimiento Lomekwi 3, Kenia  (Harmand, 2015),.   Esto entraña que ese modo de conocimiento está presente en casi todo el período de la hominización, y que según algunas teorías han tenido un rol central en el desarrollo de las funciones cerebrales y cognitivas humanas v.g. ”… que las herramientas humanas son significativamente diferentes de los productos similares creados por otros animales, y las actividades de fabricación de herramientas son vitales y esenciales para definir la trayectoria evolutiva exclusivamente humana e influir en el desarrollo cognitivo humano.” (Xing, 2018).   Con independencia de la pertinencia o no de estas teorías, la cuestión central es caracterizar ese tipo de conocimiento como modo específico de intervención.

Una clave del tipo de conocimiento involucrado la da el uso de la expresión Homo Habilis para denominar a una especie homínida hallada en el África y datada en un período de 2,3 – 1,65 millones de años a.e.c. expresión que se aplicó precisamente por encontrarse estos restos humanos asociados a herramientas líticas.   Esto permite abordar el modo de conocimiento técnico desde la perspectiva de las habilidades y el conocimiento hábil.   Podemos considerar al conocimiento hábil como una serie de relaciones operatorias que se producen entre un agente y las materialidades de su medio circunferente inmediato[2].  Consideremos el contraste entre los dos casos siguientes:

1) Un agente camina por una senda que se presenta lisa, sin baches o roturas y completamente seca, en cuyo caso camina en forma despreocupada.

2) Un agente camina por una senda que se presenta rota, con la superficie llena de baches, mojada y con barro, y debe prestar atención a cada paso que vaya dando para no resbalarse, porque la superficie de la senda va cambiando metro a metro.

El contraste entre el caso 1 y el caso 2 supone una diferencia central en las condiciones de equilibrio del peatón, supone una serie diversa de relaciones entre éste y la calzada por la que transita, en el caso 1 las condiciones de equilibrio se pueden estabilizar hacia el futuro, mientras que en el caso 2 se produce un continuo ajuste de la posición corporal respecto de la superficie interrumpida para no tropezar y controlar el centro de gravedad en tiempo real.

Esas relaciones que divergen en cada caso son relaciones operatorias, de ajuste del esquema corporal y de su extensión a la dimensión exosomática, y la incorporación de las determinaciones del entorno material como partes propias de dicho esquema.   Las relaciones operatorias involucran un agente y una cognición encarnada, que difiera de los modelos tradicionales de cognición representacional que postulan como rasgo central una intencionalidad dada en la conciencia[3].   Por ello, esta cognición tiene una existencia y operatividad previa a toda forma de vida consciente, reflexiva y dialógica[4] del agente, y a la existencia de representaciones semánticas que operen como contenido de actos intencionales lo que supone aquello que hemos llamado conocimiento sin representación[5].

En la agencia humana ha sido central la intencionalidad corpórea en esa serie de relaciones operatorias con los materiales, como las que involucran las relaciones de la mano con pulgar oponible y flexible y las materias manipuladas lo que permitió (i) ajustar la presión de agarre a las resistencias ejercidas por materiales con los que se opera, (ii) ajustar el ángulo y dirección de la operación de un instrumento sobre un sustrato que se está trabajando y (iii) ajustar la precisión en las operaciones sobre dichos sustratos materiales.   Así un agente cognitivo hábil, genera un plexo de esquemas operatorios que incorpora las materialidades y los resultados de etas operaciones como productos de las relaciones operatorias o artefactos.

Estos esquemas operatorios no son personales, sino que involucran interacciones como el caso de las partidas de caza de las sociedades nómades cazadoras recolectoras que empleaban instrumentos –lanzas, azagayas, estólicas, etcétera-.   Por ello los agentes que entran en estos esquemas los van incorporando en proceso de socialización que operan por ostensión: no se trata de una imitación guiada por representaciones, sino de un ajuste y reajuste del esquema corporal exosomático propio a su organización corporal vincular o interpersonal –como es el caso de las danzas.  Esos esquemas públicos incluyen nuevos artefactos y nuevos modos de empleo.   Consideremos la primera revolución técnica: añadir un mango o una asta a una piedra cascada con filo para generar el hacha lítica ola lanza con punta lítica:

-el hacha lítica permite una multitud de usos que perfeccionan el uso de la piedra cascada con la mano al tomar la piedra cascada con mi mano el filo de la piedra me puede lastimar o los desplazamientos de la piedra al golpearlo pueden hacer que mi mano se lastime en cambio Si yo coloco un mango a la piedra y tener un hacha gano dos cosas extraordinarias primero mantengo mi mano libre de cualquier riesgo de la piedra cascada y los golpes que ella generó segundo puedo administrar la fuerza que doy en la medida que tome el hacha por la parte superior media o inferior del mango incremento en la velocidad y la energía cinética se transmite es decir cuando usamos el hacha por la parte más extrema del mango más alejada a la hoja de piedra golpeó con más fuerza y con más seguridad.

-la lanza permite llegar a las partes vulnerables de un gran herbívoro como presa –especialmente el corazón-, ya que matarlo a golpes de mano con piedras afiladas demoraba mucho –se podía herirlo, pero había que esperar que se desangrara y cayera- al tiempo que ponía en riesgo la partida de caza.

Los esquemas operatorios se pueden entender como reglas técnicas[6].   Una regla técnica –como manifestación de un esquema operatorio exosomático- tiene cuatro elementos

-Recursos o medios aplicados a la obtención de un resultado.

-Resultado o fin requerido de las acciones del agente con los recursos o medios.

-Contexto material en el cual la relación de los recursos o medios se hace posible y se condiciona.

-Criterios de evaluación de la adecuación útil de los recursos o medios al resultado o fin requerido en el contexto material.

Un fin o resultado no define un medio o recurso en modo unívoco sino en un contexto dado. La mejor herramienta para colocar un tornillo es un destornillador cuya punta calce perfectamente en la cabeza del tornillo sin juego alguno, pero de no haberlo es posible que otra herramienta sea mejor que un destornillador con punta diferente, por ello, los esquemas operatorios exosomáticos o vínculos técnicos son contingentes, y ocasionales.

En las sociedades estamentales la formación técnica optimizó el aprendizaje ostensivo por medios de asociaciones de productores en las que se generaban las relaciones entre maestros u oficiales y aprendices: las guildas:   En ellas:

Los oficiales eran elegidos por los miembros, y su función principal era supervisar la calidad de los artículos producidos, para asegurar una buena y franca mano de obra. Por lo tanto, se hicieron ordenanzas que regulaban las horas de trabajo y los términos de admisión al gremio, incluido el aprendizaje. […]. El objetivo principal de la guilda artesanal era supervisar los procesos de fabricación y controlar el monopolio del trabajo y el comercio en una rama particular de la industria (Gross, 1910, p. 16).

En las guildas, el aprendizaje ostensivo específico de cada disciplina industrial o manufacturera, permitía una transmisión por tradición de sistemas de reglas técnicas organizada en torno a la finalidad de la guilda y así la formación de agentes técnicos especializados.

  1. Tecnología.

En las lenguas romances y otras del tronco indoeuropeo el sufijo – logía genera nombres de disciplinas, que tienen existencia académica, materiales de formación profesional y diseño curriculares específicos. En su fuente en el vocabulario filosófico del griego clásico de donde deriva este uso específico de dicho sufijo, se puede mencionar los fragmentos 1 y 72 de Heráclito de Éfeso:

  1. Pues, viniendo todas las cosas a la existencia según este logos…<…>72. Están en desacuerdo sobre lo que les es más familiar, sobre este logos que todo lo gobierna…

Así un término abstracto generado con el sufijo –logía involucra dos cosas fundamentales:

1) aquello que es principio de orden y fundamento de las cosas y entidades que ocurren en un dominio de la realidad,

2) la exposición ordenada en un lenguaje preciso, que permite exponer esas conexiones de orden y fundamento de las cosas en un texto en donde tal exposición tenga una forma canónica.

Y esto nos permite señalar una cuestión absolutamente central: no hay tecnologías sin escritura más precisamente no hay tecnología sin exposición escrita en cierto tipo de textos que son los tratados o manuales de una disciplina, así como ejemplos, ciñéndonos a Occidente tenemos:

Marcus Porcius Cato. De agri cultura 160 a.e.c. Tratado de agricultura.

Marco Terencio Varrón Rerum rusticarum libri III 116-127.  Tratado de agricultura.

Lucius Junius Moderatus Columella De re rustica Tratado de agricultura.

Rutilius Taurus Aemilianus Palladius, Opus agriculturae, siglo V. Tratado de agricultura.

Publius Flavius Vegetius Renatus De re militari s. IV.Trat ado de organización militar y estrategia.

Marcus Vitruvius Pollio De architectura 30–20 a.e.c. Tratado de construcciones e ingeniería civil.

Dioscórides Anazarbeo De Materia Medica s. I. Tratado de farmacología.

Claudius Galenus de Pérgamo 129 – 216. Tratados médicos.

Miguel de Rodas s. XV El libro de Miguel de Rodas.  El primer manuscrito conocido sobre arquitectura naval.

Muchos de estos tratados se reeditaron en numerosas ocasiones y fueron la fuente de la formación profesional en todo Occidente.   En ellos se sistematizan series de reglas técnicas, en función de las relaciones mereológicas y etiológicas de los materiales que conforman los artefactos y de las modificaciones resultantes de los esquemas operatorios exosomáticos, y en esa exposición escrita o esos reglamentos se ordenan inferencialmente para su ejecución por medio de procesos administrativos de acciones que se pueden evaluar y modificar.

Un ejemplo del pasaje de técnicas a tecnologías lo ofrece el tornillo.  El tornillo ya aparece con Arquímedes de Siracusa, como un artefacto que posee un surco helicoidal trazado en torno a un eje material, ese tornillo se usó al principio como instrumento para el movimiento de aguas, posteriormente el tornillo comenzó a usarse como elemento de fijación, decir el tornillo nos permite unir y fijar dos o más piezas atravesándolas dado que a diferencia del clavo, que sólo fija por presión, el helicoide permite fijar las piezas en modo no solo vertical sino horizontal, al trabar el surco helicoidal cada parte contra otras.

Aplicar una presión homogénea con una llave dinamométrica es fundamental para mantener unidas dos piezas –v-g el block y la tapa de cilindros de un motor endotérmico- en modo que resista las fuerzas en modo homogéneo, exige que todos los tornillos tengan el mismo paso.  Y eso supone la existencia de normas explicitas de fabricación de industrial de tornillos, que hasta la Primera Revolución Industrial se fabricaron a mano y con pasos variados según cada fabricante.   Fue el ingeniero Joseph Whitworth (Reino Unido, 1803 – 1887) quien en 1841 estableció un estándar para el paso de los tornillos:

…recopiló una variedad de tornillos y propuso una rosca universal utilizando su paso y profundidad promedio. El resultado fue la “rosca Whitworth”, con la profundidad y el paso de proporción constante, lo que le dio a la rosca en “V” un ángulo medio de 55 grados y se especificó el número de roscas por pulgada para varios diámetros. La rosca se introdujo por primera vez en su propio taller y se utilizó universalmente en 1858. No fue hasta 1880, cuando sus calibres estándar y las roscas de tornillo eran de uso común, que fueron adoptados oficialmente por la Junta de Comercio. (Sir Joseph Whitworth, 2009)

El caso de la rosca Whitworth fue uno de los primeros casos de normalización de artefactos.  Ello permitía que un material producido en una cierta planta cumpliendo con las normas se pudiera emplear en otra planta, en otra nación, con los mismos resultados, las mismas tolerancias y dimensiones.

El primer sistema de normalización, tanto de medición científica como de producción de artefactos fue el Sistema Métrico Decimal, adoptado por primera vez en el Tratado del Metro (París, 1875) y confirmado por la Primera Conferencia General de Pesas y Medidas (París, 1889); este sistema se generalizo como Sistema Internacional de Unidades que se estableció en la 11.ª Conferencia General de Pesas y Medidas, del año 1960 y al que se agregó el mol en el año 1971.

La generalización de los sistemas de normas técnicas surge junto con el surgimiento de asociaciones nacionales e internacionales que producen sistemas de normas que son incorporados como estándares obligatorios en las regulaciones legales de cada nación.  Así surgen el British Standards Institution en 1901, el Deutsches Institut für Normung en 1917 (conocido por su acrónimo DIN) y el American National Standards Institute en 1917.  Estas y otras organizaciones nacionales han convergido en las organizaciones multilaterales como la Organización Internacional de Normalización (conocida por su acrónimo ISO) en 1947 con más de 190 países asociados,

Esto supone un conocimiento de sistemas de normas y de los procedimientos que organizan secuencias de acciones laborales ajustadas por las relaciones mereológicas y etiológicas, que administran las secuencias de acciones técnicas. Ello impone un aprendizaje de información semántica y de relaciones normativas entre las normas técnicas, y los objetivos que se quieren lograr con dichos procedimientos de trabajo administrado.

Las tecnologías en tanto sistemas organizados de normas técnicas y fines propios suponen un conocimiento general –precisamente la base del sistema de normalización y estándares industriales fundan este carácter general- que se puede aplicar en cualquier contexto para los mismos fines seleccionados.

La existencia de una tecnología como un sistema de normas técnicas ordenado por relaciones mereológicas y etiológicas, que exigen un aprendizaje sistemático a partir de procesos administrativos y diseños curriculares que respondan a tales sistemas, además de la aplicación de esa normalización universal, permite el desarrollo de tecnologías bajo demanda, y permite un desarrollo inferencial y el cálculo matemático de todas las operaciones que deban llevarse a cabo para llegar a un fin preordenado. Así son centrales en la noción de tecnología los conceptos de deriva tecnológica, es decir la dependencia de sendero que produce un determinado artefacto respecto de otros cuando se convierte en estándar o en dominante, y el de cambio tecnológico que es cuando toda una generación de artefactos fundadas en una matriz energética, en ciertos materiales son reemplazados por otro, en el caso del reemplazo del acero por el aluminio y el estampado por la inyección, la producción bajo impresión de 3D respecto de las viejas tecnologías de mecanizado analógicas o el reemplazo de los motores endotérmicos por motores eléctricos en vehículos automotores.

III. Ingeniería

Si bien las distinciones de técnica y tecnología son muy habituales en la filosofía de la tecnología y se han dado múltiples tesis acerca de esta distinción, no aparece como una categoría propia la distinción entre tecnología e ingeniería. Desde nuestra perspectiva es posible recortar las ingenierías como un dominio específico o como un modo específico de intervención a partir de ciertos rasgos se levanta relevantes de ellas.

Naturalmente esta es una distinción conceptual y no significa que en las prácticas reales el comportamiento efectivo de los agentes que transforman materialidades y producen artefactos estén compartimentados en una u otra de esas categorías, lo que nos interesa es ver delimitar la idea filosófica de ingeniería con elementos propios que no se pueden reducir a los que componen los núcleos de las ideas de técnica o tecnologías.

En un sentido básico la causalidad tecnológica es operatoria es decir dado un conjunto de condiciones precedentes materiales y, el logro de un fin determinado se obtiene por ensayo el error o cálculo a partir de las normas técnicas, es decir las materialidades conformadas precedentemente son la condición y la plataforma de desarrollo de nuevos artefactos. Ahora bien, esta causalidad operatoria y estructural puede verse con límites en los cuales es necesario apelar a la constitución mereológica precedente y a la estructura etiológica que envuelve los materiales y los artefactos ya producidos. Es decir, en este ámbito la decisión excede el cálculo de las normas técnicas y los antecedentes de reglas técnicas, sino que exige un desplazamiento en los dos ámbitos en donde la causalidad se abre respecto de un material dado:

-enfoque ascendente o botton up: El enfoque ascendente, de los componentes de un material o sustancia, analiza las propiedades y estructuras de la sustancia completa a partir de las capacidades causales de las partes componentes. Así la teoría atómica o la teoría celular o el enfoque microeconómico neoclásico son casos de explicaciones ascendentes en donde el comportamiento y las trayectorias temporales de un agregado o una totalidad se explican reductivamente a partir de las propiedades de los elementos componentes, sin apelar a ninguna propiedad irreductible de la totalidad agregada.

-enfoque descendente o top down: El enfoque descendente, postula capacidades causales de una totalidad, que los comportamientos o trayectorias temporales de partes de la totalidad. Así por ejemplo en la ciencia climatológica el sistema total de la atmósfera terrestre y sus determinantes causales operan sobre áreas locales explicando el clima en una localidad y en un momento dado desde la estructura general, la teoría de la evolución explica los rasgos que aparecen en ciertas especies a partir de la interacción entre las variaciones heredadas en ciertos organismos y el medio ambiente que opera como selector o sesgador de tales o cuál es conjuntos de variaciones.

Con independencia de los problemas epistemológicos teóricos acerca de la competencia o complementación entre ambos enfoques, el tema que nos interesa acá es que cuando se produce una demanda de artefactos a las cuales los materiales tratados por las normas técnicas y los conjuntos de reglas técnicas precedentes no permiten abordar, se hace inevitable ampliar el conocimiento hacia estructuras subyacentes o sobre determinantes. O sea que el conocimiento de ingeniería surge cuando aparece uno o ambos de las extensiones de lo que es el conocimiento tecnológico. Se trata de expansiones que van hacia otras disciplinas e integran esas disciplinas en los antecedentes de los argumentos e inferencias que se habrán de hacer para el desarrollo de nuevos artefactos. Por ejemplo, la interacción entre la ciencia de los materiales la física de estado sólido, y el desarrollo de nuevas tecnologías es decir nuevos sistemas de reglas técnicas y normas técnicas y de procedimientos administrativos que llevan a nuevos artefactos que no estaban previamente en el horizonte de la deriva tecnológica anterior. La incorporación del conocimiento disciplinar expande las tecnologías hacia lo que llamamos ingenierías, expansión sistemática de una tecnología dada, sea hacia áreas involucradas en la composición de los materiales, o a la compatibilización de estos materiales con otros, la introducción de materiales nuevos, etcétera.

Hay otro elemento central de las ingenierías, que es un elemento contrafáctico. Las ingenierías son un conocimiento modelístico que se fundan en la existencia de modelos, instrumentos cognitivos que tienen ciertas características: Un modelo simulación es un sistema real, material o simbólico, en el cual se selecciona al menos un parámetro, cuya trayectoria temporal o desarrollo en el modelo, corresponde a la trayectoria temporal o desarrollo de un parámetro homólogo de un sistema real. Los modelos son construcciones falsas, pero útiles, así el modelo atómico del sistema solar –el llamado Modelo atómico de Rutherford- es falso pero útil para enseñar relaciones entre protones, neutrones y electrones y sus distancias relativas, así como el empleo de globos de plástico para enseñar la combinación de átomos para formar sustancias al enseñar química. Y un modelo hidráulico de laboratorio como por ejemplo el modelo físico de una represa o el curso de un río es falso, pero nos permite presentar el comportamiento de algún parámetro como por ejemplo el caso de la dinámica de los sedimentos sólidos en el río real. En particular hay una familia de modelos muy empleados: los modelos o simulaciones numéricas que permiten usar la herramienta algorítmica para hacer modelos complejos de sistemas complejos y analizar más de un parámetro y sus comportamientos correlacionados.

Lo importante de esta herramienta cognitiva es que permite abordar escenarios no reales e incluso escenarios que se postulan como posibilidades reales y luego son abandonadas por los resultados que tienen los modelos, como en el caso de los estudios de factibilidad. En ese sentido la diferencia entre las ingenierías y las tecnologías es que mientras las tecnologías se fijan en los materiales y los artefactos efectivos, las ingenieras expanden el ámbito de materiales y artefactos a posibilidades que pueden no ser efectivas, pero se van a manifestar como posibles de realización o imposibles de realización gracias a la investigación modelística.

  1. Conclusión.

La propuesta de distinción entre las tres ideas que hemos presentado se basa en tres modos de conocimiento básicos involucrados en cada una de ellas: conocimiento hábil, conocimiento proposicional y normado, conocimiento modelístico y mecanismos causales subyacentes. No se trata de una sucesión histórica, estas tres ideas filosóficas se pueden aplicar a casos históricos y hay delimitar en qué parte hay involucrado conocimiento hábil o conocimiento proposicional y normado o conocimiento modelístico y de estructuras causales. Y seguramente los análisis históricos mostrarán complejos en donde interactúan estos tres modos de conocimiento y los tres tipos de intervenciones sobre la realidad que hemos distinguido previamente.

Al mismo tiempo aparece una cuestión paralela que es la distinción entre ciencia pura y aplicada. En muchos análisis filosóficos de la tecnología hay divergencias y opiniones diversas acerca del conocimiento del concepto de aplicación de conocimientos. Desde nuestra perspectiva la distinción entre ciencia pura y aplicada es una distinción interna al ámbito de las representaciones semánticas, en el ámbito de la intervención operatoria en la realidad. Ciencia aplicada es simplemente el emplear desarrollos teóricos y teoremas que una disciplina científica produce en otra así por ejemplo las ciencias de la atmósfera aplican resultados de la termodinámica y en ese sentido hay proposiciones y teoremas producidos en las teorías termodinámicas que se aplican a fenómenos termodinámicos de la atmósfera. Y este ejemplo se podría multiplicar en múltiples casos. Por consiguiente, el problema de la aplicación de conocimiento un problema epistemológico genuino, es independiente a las tres ideas filosóficas que hemos presentado.

Al mismo tiempo el tratamiento limitado que hemos expuesto se abre a lo que podemos llamar la ontología de la tecnología es decir la naturaleza de los artefactos producidos por intervenciones humanas sobre materiales precedentes. Lo que abre un amplio campo de investigación en donde hay líneas de desarrollo de autores contemporáneos muy interesantes, dónde está presente una producción genuina en castellano tanto argentina como de otros ámbitos de Iberoamérica[7].

Nuestro propósito muy limitado, proponer esbozar tres ideas filosóficas sin reducir una otra tratando de encontrar el núcleo de especificidad de cada una de ellas a partir de un abordaje epistemológico. Quedan muchas tareas por resolver que es posible abordar desde las propuestas que estamos formulando.

 

Bibliografía empleada

Gibson, J. (2014). The Ecological Approach to Visual Perception. Nueva York: Psychology Press.

Gross, C. (1910). Guild. En H. E. Hopper, The Encyclopaedia Britannica, 11e.Vol. 12 (págs. 14-17). Cambridge: Cambridge University Press.

Haff, P. (2014). Technology as a geological phenomenon: Implications for human well-being . En W. J. TIn C., A stratigraphical basis for the Anthropocene (pp. ). London, (págs. 301–309). Londres: UK: Geological Society, Special Publications, 395.

Harmand, S. L. (2015). 3.3-million-year-old stone tools from Lomekwi 3, West Turkana, Kenya. Nature 521, 310–315.

Kiverstein, J. (2012 ). The Meaning of Embodiment. Topics in Cognitive Science 4 , 740–758.

Miroli, A. (2009). Conocimiento sin representación y representación del conocimiento. Notas para un debate. Princípios Revista de Filosofia (UFRN) 16, 91-120.

Shapiro, Lawrence & Shannon Spaulding. (21 de 09 de 2024). Embodied Cognition. Recuperado el 27 de 09 de 2024, de The Stanford Encyclopedia of Philosophy: https://plato.stanford.edu/archives/fall2024/entries/embodied-cognition

Sir Joseph Whitworth. (04 de 11 de 2009). Recuperado el 29 de 09 de 2024, de https://www.whitworthsociety.org/history.php?page=2

Xing, G. (2018). The role of tool-making in human evolution. Acta Anthropologica Sinica 37., 331-340.

 

CITAS:

[1] Uno de los introductores de esta categoría es Peter Haff quien ha señalado que la tecnosfera permite “…”…adoptar una visión no antropocéntrica que considera a la tecnología como un fenómeno global que sigue su propia dinámica y representa algo verdaderamente nuevo en el mundo: la fase inicial de un nuevo paradigma de la historia de la Tierra. En este sentido, se podría decir que la tecnología es la próxima biología” (Haff, 2014, pág. 302).

[2] Las relaciones operatorias serán un tipo de relaciones de facilitación según la caracterización que hiciera James Gibson Las facilitaciones del medio ambiente (affordances)[2] son lo que este le ofrece al organismo, lo que proporciona o suministra, sea para su bien o su mal. El verbo to afford [2]se encuentra en el diccionario, pero el sustantivo affordance no está. Lo he inventado. Quiero decir con esto algo que se refiere tanto al medio ambiente como al organismo de una manera que ningún término existente lo hace. Implica la complementariedad del organismo y del medio ambiente <…> Una facilitación (affordance) corta la dicotomía de lo subjetivo-objetivo y nos ayuda a comprender su inadecuación. Es igualmente un hecho del medio ambiente y un hecho de comportamiento. Es simultáneamente físico y psíquico, pero ninguno por separado. Una facilitación (affordance) involucra ambas dimensiones, el medio ambiente y el observador. (Gibson, 2014, págs. 119, 121)

[3] El programa de la cognición encarnada ha tenido un inmenso desarrollo tanto desde la fenomenología como desde la filosofía analítica de la mente.  Centralmente este programa rechaza los modelos computacionales o inferenciales de la mente, que examinan el conocimiento como una actividad que se centra en la recepción, el almacenamiento y el procesamiento de información semántica.  J. Kiverstein ha presentado las tres visiones teóricas sobre el giro encarnado:

1 Según una perspectiva, que llamaré funcionalismo corporal, se entiende que el cuerpo desempeña un papel en la implementación de la maquinaria computacional que sustenta nuestras capacidades cognitivas.

  1. … el conservadurismo corporal […] intenta desinflar el discurso sobre la dimensión encarnada, argumentando de forma tradicional que el cuerpo contribuye al procesamiento de la información solo mediante el suministro de información al cerebro o mediante la ejecución de instrucciones motoras enviadas desde el cerebro.
  2. La visión cuerpo-enactivismo […], un tanto heterodoxa y radical, evita por completo la teoría computacional de la cognición debido a su supuesta incapacidad para explicar cómo las representaciones pueden proporcionar a un agente un conocimiento del mundo de sentido común. […] En esta […], el cuerpo es entendido como fuente de sentido […], ya que se ocupa de articular las formas en que el cuerpo como enactor pueda hacer que una situación sea significativa para un agente. (Kiverstein, 2012, pp. 740-741).

En rigor las diferencias entre la concepción 1 y la concepción 2 son de intensidad, ya que ambas el aporte corporal es subordinado al proceso sobre representaciones mentales.   Sólo la tercera visión afirma la existencia de una intencionalidad corporal o enactiva que genera significado.   Una exposición básica del estado de este programa en el trabajo monográfico de Lawrence Shapiro & Shannon Spaulding “Embodied Cognition (Shapiro, Lawrence & Shannon Spaulding, 2024).

[4] La condición de conciencia dialógica es central en la atribución de conciencia a un agente, porque permite romper el cerco del ego cartesiano y de todas las concepciones que le son tributarias.  La autoconciencia surge en el proceso de maduración psicológica de las relaciones dialógicas con terceros, y se mantiene e incrementa en estos vínculos.  La capacidad de autoreconocimiento como un alguien sujeto, sólo surge como discernimiento ante otro-sujeto, en relación con el cual nos identificamos y nos co-identificamos e diferenciamos.

[5] Esta noción sigue propuestas de Florencio González Asenjo y de Hubert Dreyfus, para postular un sujeto que incorpora las entidades y propiedades de su entorno, a partir de una interacción fundamental que no tiene mediadores conceptuales ni imaginarios, y que permite tanto el almacenamiento como la transmisión de ese conocimiento encarnado sin tales representaciones (Miroli, 2009).

[6] Esta es una distinción central en la ética filosófica y la filosofía del derecho:

-reglas: es un mandato o instrucción tácita, que puede no estar formulada por escrito, que existe por repetición y tradición, muchas veces tiene formulaciones que difieren entre sí, y por ello no tiene una versión canónica; se identifica por los comportamientos y resultados asociados a ellos.

-normas: un mandato o instrucción explícita, que tiene una existencia documentaria y son identificadas en una forma canónica escrita que no puede ser modificada, ya que son promulgadas y cualquier cambio suponen otro acto de promulgación correctivo.  Esto supone que las normas surgen de autoridades tituladas para establecerlas que podrán ser autoridades epistémicas o autoridades deónticas.

[7] En ese sentido vale mencionar los trabajos de José Sanmartin Esplugues (Tecnología y futuro humano. Barcelona: 1990.Anthropos), Fernando Broncano (Nuevas meditaciones sobre la técnica. Madrid: Trotta, 1996), Miguel Ángel Quintanilla (Tecnología: un enfoque filosófico México D. F., 1988, FCE), Antonio Diéguez (Pensar la tecnología, Barcelona, 2024: Shackleton Books) y Diego Parente (Artefactos, cuerpo y ambiente. Exploraciones sobre filosofía de la técnica, Mar del Plata, 2016La Bola Editor).