“La poesía despierta la apariencia de lo irreal y del ensueño, frente a la realidad palpable y ruidosa en la que nos creemos en casa. Y, sin embargo, es al contrario, pues lo que el poeta dice y toma por ser es la realidad” – afirma Heidegger. El habitar poético contrasta con otras formas del habitar del hombre en la actualidad, emplazado en “colmenas funcionales y utilitarias”, sometido a la lógica de la razón planificadora y utilitaria. El habitar poético, en cambio, es un habitar creando, un sustraerse a la mera eficacia de la medida. Habitar poiéticamente es apertura al ser, a lo originario, a la tierra natal que se escapa detrás de su aparecer.
“El alma busca la tierra, no huye de ella” porque “los poetas son aquellos que consagran la tierra”. La consagran, según el filósofo, para que los mortales la habiten: se trata de una donación a través de las palabras. Habitar poéticamente, originariamente, es fundar y esa es la misión del poeta.
21 de marzo : Día de la poesía