Hannah Arendt (1906-1975)

 Un ineludible en este recorrido histórico: Hannah Arendt. Se doctoró en la Universidad de Heidelberg y sufrió la persecución del régimen nacionalsocialista debido a su origen judío e incluso fue encarcelada. En 1937 le retiraron la ciudadanía lo que la obligó a emigrar a Francia y luego a estados unidos, donde ejerció la docencia en diversas universidades.

Reflexionó profundamente sobre el fenómeno político (solía rechazar la etiqueta de “filósofa política”) defendiendo el pluralismo, la libertad y la igualdad. Defendió la democracia directa y fue crítica de todas las formas de totalitarismo. Su reflexión sobre el mal es elocuente. El mal es, según Arendt, un fenómeno de falta de juicio. El ser humano está siempre en relación con y desarrolla una voluntad que está enfrentada a la voluntad de otros. Si no reflexiona sobre sus acciones el hombre se convierte en alguien dirigido (getriebene). En su lección magistral de 1965 “Über das Böse” (Sobre el mal), publicada de forma póstuma, ofrece una definición del mal, que considera la dimensión particular del nacionalsocialismo y sus campos de exterminio como el «mal universal» de Kant. En sus obras desarrolla la idea de una ética comunitaria y pluralista.

Una de sus obras más polémicas es la que gira en torno al proceso de Eichmann: “Eichmann en Jerusalem: un ensayo sobre la banalidad del mal”. La controversia sobre esta frase en relación con un asesino como lo fue Adolf Eichmann fue significativa y desafiante. A partir del concepto kantiano del «mal radical» formuló su tesis de la «banalidad del mal», que logró defender y fundamentar, a pesar de las hostilidades.

Las relaciones y amistades de Arendt constituyeron un parte importante de su vida privada e intelectual. Sabida es la relación con Heidegger, quien fue su maestro al principio, amante después, y que tras una compleja amistad, terminó siendo para ella “un pensador con tendencia a la tiranía” , pero que nunca dejó de admirar.

Amiga y admiradora también de Karl Jasper, quien dirigió su tesis doctoral dedicada a San Agustín, legó una copiosa correspondencia entre ambos pensadores interesados en el existencialismo.

De especial interés es su “Diario de pensamientos”, una colección de escritos en donde dialoga con las teorías políticas de pensadores de todas las épocas (Platón, Hegel, Marx, Nietzsche…) y con la producción de grandes escritores (Dostoievski, Kafka, Hölderlin, Goethe…). Incluye también reflexiones sobre el lenguaje y el desarrollo de nociones y conceptos claves. Fueron publicados bajo el título “Denktagebuch”.